La musicoterapia en México surge a partir de la creación del modelo de la Musicoterapia Humanista, por Víctor Muñoz Pólit a partir de 1983. Dicho modelo tiene su principal aplicación en la psicoterapia pero no con poblaciones que requieran atención psiquiátrica, sino con aquellas que únicamente necesitan atención psicoterapéutica. Esta población puede ser adulta o infantil con trastornos psicológicos de diverso origen y manifestación pero sin llegar a tratarse de pacientes psiquiátricos. Con la fundación del Instituto Mexicano de Musicoterapia Humanista (México DF), en 1995, se ha dado cauce a las necesidades de entrenamiento y formación que han surgido en México alrededor de la musicoterapia humanista. Este modelo es producto de la conjunción entre los principios teóricos y técnicos de la psicología humanista y la aplicación o creación de la música. La gran mayoría de las actividades de musicoterapia desarrolladas en cualquier parte del país o en cualquier otra institución han sido realizados por egresados del Instituto Mexicano de Musicoterapia Humanista y, por ende, se desarrollan, bajo la perspectiva teórica y metodológica de la musicoterapia humanista. Existen paralelamente, esfuerzos de individuales de los cuales queremos destacar dos: Esther Murow, musicoterapeuta entrenada por Ken Bruscia en Estados Unidos y quien a su regreso a nuestro país realiza también trabajo musicoterapéutico en diversas áreas. Ginger Clarksson, académica de la Universidad de las Américas y musicoterapeuta formada en su país de origen (USA). Dirige su trabajo actual sobre la base del método de GIM.
La musicoterapia es una especialización para profesionales de la psicología, aún cuando aún no tenemos en México ningún programa de estudio avalado o reconocido por alguna institución de educación superior oficial. Actualmente sólo el Instituto Mexicano de Musicoterapia Humanista tiene un programa de entrenamiento en musicoterapia: desde 1996 imparte la Especialidad en Musicoterapia Humanista dirigida a profesionales de la psicoterapia con orientación humanista, músicos (que deseen desarrollarse en la psicoterapia) y psicólogos con especialización en la psicoterapia. Ha comenzado también a impartirse en Querétaro -otro lugar de la República Mexicana- y existen planes para extender esta especialidad a León, Monterrey y Guadalajara. Además, el Instituto imparte un Diplomado para Aplicación de la Música en la Educación. El Instituto está incorporado a la Asociación de Desarrollo Humano en México (ADEHUM), organización que regula y certifica a las instituciones que trabajan bajo la perspectiva de la psicología humanista. El mismo Instituto en asociación con el Mid-Atlantic Institue imparte desde 1996, un entrenamiento en Guided Imagery and Music (GIM) y del cual se han formado ya 3 generaciones de musicoterapeutas en esta especialización. Los egresados de este entrenamiento ejercen también en forma particular. Desde 1983, el Instituto Mexicano de Musicoterapia Humanista, y sus diversos colaboradores, se han abocado a la difusión del modelo de la musicoterapia humanista en todo el país por medio de la realización de una gran diversidad de talleres y cursos intensivos dirigidos al crecimiento personal del participante y la participación en lo eventos de difusión más importantes de la psicología humanista en nuestro país.
Los musicoterapeutas mexicanos trabajan principalmente en forma privada, a través de la práctica clínica, individual o grupal. Recientemente se ha iniciado el trabajo con Musicoterapia Humanista en las áreas de la educación, medicina, trastornos de alimentación, discapacitados, depresión. El musicoterapeuta humanista requiere, para el desarrollo de su trabajo, de un espacio amplio, bien iluminado, ventilado y, sobre todo, bien aislado del sonido exterior. Necesita un amplio repertorio de instrumentos, un equipo de sonido, una amplia dotación de cojines y materiales diversos de papelería. Para el desempeño de su trabajo grupal requiere de espacios alfombrados y amplios. Su método de trabajo es esencialmente fenomenológico, es decir, el musicoterapeuta trabaja a partir de lo presente o manifiesto en su paciente (sea declarado por medios verbales o no verbales), y hace una selección musical cuya audición permite el reconocimiento y contacto del paciente con su experiencia. En el caso del trabajo grupal, el musicoterapeuta puede trabajar por medio de temas psicológicos definidos por él pero importantes para sus grupos, y que son abordados por medio de diferentes técnicas musicoterapéuticas de audición y creación musical. Lamentablemente, no sólo en musicoterapia, México es un país de escasa tradición de investigación, ello aunado a que el ejercicio privado de nuestra especialidad hace más difícil costear la investigación hace que carezcamos de grave manera de estudios de investigación imprescindibles para la difusión y validación de nuestro modelo.
México es un país con una enorme diversidad cultural, misma que se ve reflejada en la gran cantidad de tradiciones musicales que tenemos. Hacer musicoterapia en este contexto provee al musicoterapueta de un amplio repertorio musical y rítmica en el cual puede apoyarse para el desempeño de su labor. Asimismo, la música es un excelente medio para el trabajo psicoterapéutico en un país en donde la diversidad cultural es tan elevada. El muy diverso patrimonio cultural musical del mexicano hace que la musicoterapia sea una especialización con altas posibilidades de desarrollo no importando sector o estrato social, etnia, lengua o región del país de la que se sea originario. Sin embargo, el escaso reconocimiento que la musicoterapia tiene en las instituciones oficiales de educación superior ha impedido un mayor desarrollo de nuestra especialidad.
Como se ha señalado anteriormente el modelo de musicoterapia que ejercemos fue creado sobre la base de la psicología humanista, de este modo todo nuestro trabajo se encuentra influenciado por los principios de ésta. La música, ya sea generada por el paciente y el terapeuta, o bien, grabada, es utilizada para promover el contacto, intensificación y expresión del paciente con su experiencia. Según la psicología humanista el cambio conductual deriva únicamente de la conciencia de sí mismo, de este modo la música no es usada en la Musicoterapia Humanista con el propósito de modificar ninguna actitud o conducta en la persona, sino sólo para proponerle y permitir el reconocimiento y experimentación (valga la redundancia) de su experiencia personal. La música es usada como un medio para facilitar el reconocimiento de la totalidad de la gama de la experiencia de la persona: sensaciones, emociones, imágenes, recuerdos, ideas, y aspectos transpersonales. A través de su diferentes elementos, la música hace la función de ser un espejo de contenidos psíquicos del paciente que son profundamente vivenciados por éste.
Campos, Ezequiel González (2003). La Musicoterapia en México. Voices Resources. Retrieved January 11, 2015, from http://testvoices.uib.no/community/?q=country/monthmexico_august2003sp