Llamando A las voces Africanas

En un encuentro reciente de musicoterapia comunitaria aquí en la Universidad de Praetoria, Sudáfrica, Sunelle habló sobre su trabajo con un grupo de niños de 10 años de la Escuela primaria de Sea Point en Ciudad del Cabo. Los niños estaban preparando un número musical para el concierto de la escuela, cuando uno de los niños se fijó en los zapatos de Sunelle.

Señorita: esos son zapatos Patsula, señorita, son Xhosa, los hombres los usan para el baile Patsula! Podríamos quizás, hacer la danza Patsula para el show, señorita! No, no somos xhosa, dice otro, somos de color - entonces los niños negros pueden hacer la danza Patsula, los de color podemos hacer el Kaapse Klopse. ¿Y los niños blancos?, pregunta Sunelle? Ah....Pueden hacer Rap.

Entonces el grupo se divide de acuerdo al color para comenzar a ensayar.

Espere,- señorita, ¿ha visto Ud. en la TV el anuncio en el que toda la gente blanca vive en chozas de lata y la gente negra vive en la ciudad, en casas con piscinas? Capaz que deberíamos cambiar! Los niños negros harán Kaapse Klopse, los de color pueden hacer Rap y los blancos Pantsula.

El grupo vuelve a dividirse por colores, para preparar cada una de las danzas.

Espere, señorita! Esto no está bien - Esto es Sudáfrica, todos debemos aprender a bailar las danzas de los demás! Cada grupo debería tener de todos! Necesitamos niños blancos, negros y de color para el RAP, para la danza Patsula y para el Kaapse Klopse porque así todos podríamos aprender la música de cada uno.

Los grupos se separan por tercera vez, esta vez, definidos por la música.

Esta historia podría haber quedado en algo que pasó- una de las muchas anécdotas que contamos, que escuchamos, que olvidamos. Parece importante registrarla, no solo por este país y este continente, sino por cualquiera, en cualquier lado. Cuando Sunelle contó la historia - al pasar, por así decir- sonó como una gran historia y le pedí permiso para contarla aquí en Voices.

Esta columna es un llamado a África, donde la música sucede en todas partes: taxis, mercados, en curaciones y en plegarias, en contextos urbanos y rurales, de día y de noche, luna llena y pleno sol. Así y todo, las voces africanas permanecen más silenciosas que la mayoría. La musicoterapia en África corre el riesgo de permanecer en su propio enclave, separada de otros enclaves en otras partes del mundo. ¡Qué perdida para la profesión tanto dentro como fuera de África!

Sin una voz Africana, la Musicoterapia del mundo corre el riesgo de permanecer siendo una práctica creada por los vastos panfletos escritos que se han convertido en parte del dogma de la musicoterapia internacional. El dogma que los musicoterapeutas de todas partes estudian, absorben, creen. Y lo que la MT no es, entonces, es dicho en voz alta por lo que el dogma omite. Aún si la Musicoterapia en África no "habla en la lengua global", necesita sonar, ser gritada, notada y escuchada. O permanecer invisible, - sin existencia -, una ilusión.

Entonces, volviendo a nuestra historia - la musicoterapia también puede permanecer en enclaves, cada uno creando, recreando, celebrando sus exclusivos valores y mostrándonos entre nosotros qué es lo que hacemos en nuestro enclave. Los niños de Ciudad del Cabo nos muestran una alternativa: atreverse a visitar y aprender de las danzas de los otros.

Agradecimiento:

Agradezco a Sunelle Fouché por permitirme usar esta historia.

How to cite this page

Pavlicevic. Mércèdes (2004). Llamando A las voces Africanas. Voices Resources. Retrieved January 15, 2015, from http://testvoices.uib.no/community/?q=fortnightly-columns/2004-llamando-las-voces-africanas

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