Regularmente trabajo en dos ciudades cercanas. Montevideo (Uruguay) los lunes y martes, y el resto de la semana en Buenos Aires (Argentina), donde vivo. En esta última hay muchos musicoterapeutas graduados, y muchos estudiantes de musicoterapia en tres universidades. Es un mundo en ebullición, con continuas actividades. Entre ellas, un par de semanas atrás, tuvimos la suerte de tener a Barbara Wheeler dictando unos cursos. Fue ella quien, en una conversación, me permitió advertir esto que quiero comentar.
En Uruguay hace 10 años se cerró la carrera de Musicoterapia. La causa principal fue la crisis socioeconómica que ya entonces arrasaba a América Latina. Una de las consecuencias es que hay muy pocas musicoterapeutas uruguayas, y un puñado de ellas trabaja en la profesión. Personalmente, en el año '91 dicté mi primer curso en Montevideo, y desde entonces comencé a viajar regularmente a esa ciudad. Con el paso del tiempo y advirtiendo la situación que se suscitaba, surgió la necesidad dentro de las musicoterapeutas de organizar su formación permanente. Entonces en 1998 formamos un grupo de experimentación musicoterapéutica, y durante cuatro años trabajamos articulando la experiencia con la profundización de la teoría.
Sin embargo, la inexistencia de una carrera contribuía a generar una situación "endogámica". Para salir de esto, en la institución que dirijo junto con la colega Mayra Hugo comenzamos realizar una experiencia que denominamos "Laboratorio de aproximación a la musicoterapia". La idea era tanto la de difundir a la disciplina como darle un lugar a todos los uruguayos interesados en la musicoterapia.
Comenzamos hace dos años con un primer grupo que aún continúa trabajando. Está constituido por músicos, psicólogos, psicomotricistas, médicos y estudiantes universitarios de esas carreras. Todos están muy interesados en la musicoterapia. Todos ellos sueñan con la existencia de una carrera de musicoterapia. Mientras tanto, una vez por semana, nos reunimos durante dos horas, para realizar una tarea que tiene similitudes con la que los musicoterapeutas realizaban en el grupo experiencial. Este año se formó un segundo grupo, de características similares, y hay interesados para multiplicar esta experiencia el año próximo. Son personas que en su mayoría ya tienen un desarrollo en su propia profesión, pero anhelan poder ser musicoterapeutas. Mientras tanto seguimos procurando que alguna universidad uruguaya abra sus puertas para que la carrera pueda existir.
Aquellos que comenzaron primero ya están discutiendo que "programa" realizarán el año próximo, mientras se proponen cerrar el año con una actividad de difusión en el centro comunitario del barrio en el que está nuestra institución.
Cuando estamos inmersos en algo, a veces perdemos la noción de su dimensión. Fue así que esta situación, para nosotros, se volvió cotidiana y "normal". Fue gracias a Barbara, que participó en un encuentro con estas personas tan pacientes como entusiastas, que advertimos que es una situación atípica. De todos modos, posiblemente se pueda multiplicar en aquellos lugares donde aún no hay formación en musicoterapia, pero si gente que anhela su existencia.
Schapira, Diego (2003) Aproximarse a la Musicoterapia: una forma distinta de experimentar nuestra disciplina. Voices Resources. Retrieved January 20, 2015, from http://testvoices.uib.no/community/?q=fortnightly-columns/2003-aproximarse-la-musicoterapia-una-forma-distinta-de-experimentar-nuestra-dis
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